27 agosto 2008

Eduardo Galeano - Espejos

Después de tanto tiempo una nueva entrada. Para ir terminando oficialmente con los posteos dedicados a este libro (igualmente va a haber una yapa en unos dias) les dejo el que a mi criterio es el mejor de los espejos. Ahi esta el reflejo de nuestra humanidad (o de la falta de ella). Ahi estan nuestros amigos, nuestros enemigos, todos. Ahi estamos nosotros. Que lo disfruten.

Humanitos

Darwin nos informó que somos primos de los monos, no de los ángeles. Después supimos que veníamos de la selva africana y que ninguna cigüeña nos había traido desde Paris. Y no hace mucho nos enteramos de nuestros genes son casi igualitos a los genes de los ratones.
Ya no sabemos si somos obras maestras de Dios o chistes malos del Diablo. Nosotros, los humanitos:
los exterminadores de todo,
los cazadores del prójimo,
los creadores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno, y la bomba de neutrones, que es la más saludable de todas porque liquida a las personas pero deja intactas las cosas,
los únicos animales que inventan máquinas,
los únicos que viven al servicio de las máquinas que inventan,
los únicos que devoran su casa,
los únicos que envenenan el agua que les da de beber y la tierra que les da de comer,
los únicos capaces de alquilarse o venderse y de alquilar o vender a sus semejantes,
los únicos que matan por placer,
los únicos que torturan,
los únicos que violan.
Y también
los únicos que rién,
los únicos que sueñan despiertos,
los que hacen seda de la baba del gusano,
los que convierten la basura en hermosura,
los que descubren colores que el arcoiris no conocé,
los que dan nuevas músicas a las voces del mundo
y crean palabras, para que no sean mudas
la realidad ni su memoria

Pd. Dedicado a los que rién, a los que sueñan despiertos, a los que hacen seda de la baba del gusano, a los que convierten la basura en hermosura, a los que descubren colores que el arcoiris no conocé, a los que dan nuevas músicas a las voces del mundo y crean palabras, para que no sean mudas la realidad ni su memoria

14 agosto 2008

Eduardo Galeano - Espejos

Aquí una nueva entrega. No voy a hacer ningún comentario, so los dejo a ustedes. Que lo disfruten.

Molière

Y por si el azote de las pestes fuera poco castigo, el miedo a la enfermedad se convirtió en una nueva enfermedad.
En Inglaterra, los médicos atendían pacientes que se creían frágiles como cacharros de barro y se apartaban de la gente por no chocar y romperse; y en Francia, Molière dedicó al enfermo imaginario la última de las obras que creó, dirigió y actuó.
Burlandose de sus propias manías y obseciones, Moliére se tomaba el pelo. Él representaba al personaje principal: hundido en los almohadoes de su sillón, envuelto en pieles, el gorro hasta las orejas, se sometía a continuas sangrías, purgas y lavativas, recetadas por los médicos que le diagnosticaban brodipepsia, dispepsia, apepsia, lientería, disentería, higropepsía, hipocondría, hipocresía...
Hacía poco que la obra había sido estrenada, y con éxito, cuando una tarde todo el elenco le suplicó que suspendiera la función. Moliére estaba muy enfermo, enfermo de veras y no por fiebre de la imaginación. Respiraba poco, tosía mucho, y apenas si podía hablar y caminar.
¿Suspender la función? Ni se tomó el trabajo de contestar. Sus compañeros lo estaban invitando a triacionar el reino donde había nacido y sido, desde el día aquel en que dejó de ser quien era y se convirtió en Moliére para divertir a la buena gente.
Y esa noche el enfermo imaginario hizo reír mas que nunca al público que llenaba la sala. Y la risa por Moliére escrita y actuada, lo alzó por encima de sus penurias y de su pánico a morir, y gracias a la risa, que de todo se reía, esa noche hizo el mejor trabajo de su vida. Tosió hasta romperse el pecho, pero no olvidó ni una palabra de sus largos parlamentos, y cuando vomitó sangre y cayó al suelo el publico creyó, o supo, que la muerte era parte de la obra, y lo ovacionó mientras el telón caía con él.

(pd: este posteo va dedicado a mi amigo Nano, a sus alumnos de teatro, a los ex rosca power, y a todos los actores)

08 agosto 2008

Eduardo Galeano - Espejos

Hoy les dejo el segundo espejo. Este va muy acorde a nuestros tiempos, tiempos en los que es mejor repetir que decir, tiempos en los que hablamos igual, decimos lo mismo. Nadie le da valor a las palabras, nadie tiene voz propia. Tenemos miedo de decir algo distinto, a ver si todavia nos mostramos tal cual somos. En fin... Que lo disfruten.

Eco

En otros tiempos, la ninfa Eco, había sabido decir. Y con tanta gracia decía, que sus palabras parecían no usadas, jamás dichas antes por boca ninguna.
Pero la diosa Hera, la esposa legal de Zeus, la maldijo en uno de sus frecuentes ataques de celos. Y Eco sufrió el peor de los castigos: fue despojada de voz propia.
Desde entonces, incapaz de decir, sólo puede repetir.
La costumbre a convertido esta maldición en alta virtud.

(pd: dedicado a los que tienen voz)